Selfie, autorretrato o reflejo de uno mismo.
¿Qué ha ocurrido para que los selfies o los «auto -yo» se hayan convertido en un «modo de vida», en el marco de un viaje o en una forma de reencontrarnos con nosotros mismos?
Un selfie en casa, en la playa, en el probador de una tienda, en el coche o en algún lugar conocido o desconocido. Mientras hacemos deporte, descansamos o leemos un libro.
Quizás, se pueda tratar de convertir un autorretrato en una historia con magia o en una «marca personal», con sentido o sin él. O quizás pueda ser una forma de vernos más sensuales, divertidos u originales. O simplemente, la manera de dejar plasmado un encuentro o un momento para la posteridad.
Selfies solos, en pareja o en grupo, ser «fiel a uno mismo» dejándonos ver sin miedo al «ridículo».
De eso trata el selfie, y probablemente de algo más que aún queda por descubrir o intuir.