Este fue el eslogan elegido para anunciar un día que se preveía memorable y lo fue. El sábado, 28 de septiembre, en la Casa-Museo de Blas Sánchez, en Ingenio, tuvimos el privilegio de presenciar un momento único y especial; el encuentro de dos de nuestros más grandes artistas, aún vivos por suerte: Pepe Dámaso y Blas Sánchez, con motivo de un homenaje que Blas quiso hacerle a Dámaso por segunda vez. Los homenajes deben hacerse en vida y a la vida hay que exprimirle cada minuto. Y esto lo saben muy bien estos dos genios que, con sus años, todavía siguen vitales y creando, a pesar de las limitaciones propias de la edad.
Dámaso sorprendió a todos con la misma vitalidad de siempre, con una lucidez envidiable y acompañado de todos los valores, que quienes le siguen conocen, y que el año pasado lo hicieron merecedor del galardón Artisophia, entre muchos otros. Sin duda la calidad humana de los artistas hace que se distingan de aquellos cuyos egos y soberbia no les deja ver el paisaje. No fue el caso de Blas Sánchez ni de Pepe Dámaso. Ambos entregaron, con bondad y humildad su ser al momento, como tantas veces, y se regalaron mutuamente el arte que los ha hecho grandes.
El acto se inició con un preámbulo de la vida y obra de Pepe Dámaso, en boca de una de las escritoras más queridas por el público infantil y por todos; nuestra admirada y cercana Pepa Aurora, maestra ya retirada, multipremiada autora, destacada defensora de la canariedad, miembro honorario de la Real Academia de la lengua canaria, y una persona excepcional. Pepa, de un modo magistral, hizo un recorrido por los rincones esenciales del ser y arte de Pepe Dámaso, para que el público presente y los telespectadores a posteriori, pudiesen recordar, o conocer en su defecto, la grandeza de este artista multifacético que ha dejado profunda huella en el pueblo canario y en el mundo.
La presentación del homenaje corrió a cargo de la poeta, alumna y colaboradora de la Fundación Blas Sánchez, Margarita Otero, quién admira profundamente a estos dos genios que siguen venciendo al tiempo, y así trató y trata de manifestarlo no solo en el acto sino cotidianamente. Margarita recitó un poema dedicado a Pepe Dámaso, quién se mostró feliz y agradecido por esos versos.
Acompañaron a Blas, musicalmente, como ya es costumbre, sus alumnos Hector Valido, Yeray Valido, Alessandro Calgaro y David Rodríguez. Y entre el público se hallaban numerosos artistas y amigos de la Fundación, que no nombraremos, para no dejar a ninguno atrás. Pero sí destacaremos el apoyo del ayuntamiento de Ingenio. La alcaldesa, Vanesa Martín y el teniente alcalde Rayco Padilla, se acercaron personalmente al acto y permanecieron en el mismo, tanto como su apretada agenda les permitió.
La alcaldesa ha dado ejemplo de servicio, cercanía y apoyo a la cultura, no solo en esta oportunidad sino en muchos otros eventos del municipio. Asimismo, el edil, ha apoyado a la Fundación subvencionando los medios para que el acto fuese cubierto y así acercarlo a la población canaria que no pudo estar presente, grabando un momento inolvidable. De ello se encargaron Adriano Rivero y Este canal TV. De modo que en breve todos tendrán la oportunidad de visionar estos instantes que se describen.
Blas Sánchez creó para esta ocasión un busto de Pepe Dámaso en escayola (el segundo), ya que el primero, en barro, que realizó hace unos años en un primer homenaje, parece haber desaparecido. Y le otorgó, también, su ya conocido premio «Miguel de los molinillos» o Cervantes de Ingenio (como Blas lo llama), creado este año por las manos de Blas para premiar a personajes destacados de la cultura y el arte. Pepe, a su vez, le obsequió con un cuadro de su autoría, donde destacaba una hermosa clave de sol y una original mariposa, entre otros elementos. Una pintura muy simbólica, como suele ser el arte de Pepe Dámaso, que lucirá en las paredes de este compositor que ha dado la vuelta al mundo con su música. La obra de ambos es internacional, reconocida y valorada por quienes entienden de música y de arte, y enseñada en colegios y universidades.
También pudimos escuchar una de las evocaciones musicales que Blas Sánchez compuso para la obra «Héroes atlánticos» de Pepe Dámaso —una de sus obras más destacadas—, la de Doramas, y ver muchas otras obras que Dámaso realizó a lo largo de su vida, que calcula el artista superan la cifra de cinco mil.
El día anterior Blas cumplió 89 años y junto al público presente sopló las velas de una tarta que luego se ofreció a los asistentes al evento, junto a otras muchas viandas (como Blas las llama) que la escritora Pepa Aurora, además de otros amigos de la Fundación trajeron y prepararon para tal celebración y momento.
Agradecemos a la Fundación, a todos sus colaboradores, a los artistas y al público presente que nos sigan dando momentos inolvidables como este.
(Fotos de Joaquín Pablo Pallarés y Margarita Otero)