Le doy las gracias al año que termina, por la oportunidad de hacerme más fuerte y mejorar como persona, aún me falta, pero créanme, que practico para ello.
Este año, me he caído 100 veces y me he levantado 101, algunas, me han empujado, me retrotraigo a otra de esas frases que escribo para la reflexión:
«Aquellos que buscan la excelencia, generarán primero el ‘rechazo’, por el miedo de los mediocres, porque la grandeza de las personas va en consonancia con sus más adversas dificultades» y, aún así, lo agradezco, porque sin duda, el carácter se forja, cuando nada es fácil.
Realmente nunca es fácil y, recuerdo, a colación, una máxima, de una de mis lecturas que dice:
«Sólo los conflictos se resuelven cuando los entiendes en su última raíz y no cuando quieres resolverlos».
El 2024, me ha permitido, escribir de nuevo, un capítulo más, en el que, algunas de las personas ya se han ido de la trama principal, algunas de una manera muy triste, otras igual no merecían o no querían estar, sin embargo, el resto permanecen con una inquebrantable y leal amistad, otras, sorprendente y agradablemente, han escrito la última parte del capítulo 2024, con un grandísimo talante, por su brillo, por esa energía que irradian, porque, además de grandísimos profesionales, son «gente buena» que, es aún, más importante.
Estoy seguro de que, algunas personas más, con su magia, ya se asoman al umbral del 2025, con la intención de escribir todos, conjuntamente, un nuevo y maravilloso capítulo del libro de mi vida.
Un capítulo en el que me despojaré de borrones, de palabras, de letras incómodas, de los «no límites», de la intransigencia que no me signifique, como ya he rubricado en una de mis máximas:
«A veces, quién más aboga por la tolerancia es quien es más inflexible en sus propias convicciones».
Quiero viajar más ligero, con el equipaje y la compañía que de verdad importa, para disfrutar más del camino, porque eso es la vida, un tránsito, un camino que hay que disfrutar con la mejor compañía, para hacerlo más ameno.
A pesar de todo, con esfuerzo he podido alcanzar algunas de mis pequeñas metas, contra todo tipo de adversidades y eso, te hace disfrutarlas aún más, por el valor añadido que siempre el sacrificio comporta, porque no se va por la vida celebrando triunfos, sino superando fracasos y aprendiendo de ellos.
¡A todos GRACIAS!
Gracias por permanecer a unos y, gracias por entrar a otros en el libro de mi vida, para seguir escribiendo juntos nuevos capítulos.
Siempre he dicho que:
«La felicidad es la suma de los momentos felices frente a aquellos que no lo son tanto y, sólo en nosotros está la posibilidad de sumarlos para que, la balanza caiga hacia el lado de la felicidad», porque ser felices también es una actitud ante a la vida que, todos hemos de aprender y que, a veces, olvidamos.
Créanme que hoy les deseo de corazón, con mi mejor energía una muy Feliz Navidad y muy Feliz Año 2025, en el que no pueden faltar los abrazos y los besos al cielo y, por supuesto, a mi hijo Martín, «con él, la palabra querer, cobra todo su significado hasta cotas inimaginables».
En los férreos lazos del «Budo», de la leal amistad, de la seguridad como único concepto, de la ciencia y, de la vida, un fortísimo abrazo a todos los destinatarios de este mensaje.
Lealtad, Coraje y Honor⭐⭐⭐
SHIHAN: Dr. Martín González y Santiago.