Hace unos días el director de este medio en compañía de mi inseparable esposa, decidimos hacer “una escapadita” al Sur de Gran Canaria para de alguna manera intentar paliar la situación que todos estamos viviendo.
Unos amigos, me lo habían recomendado “Cordial Mogán Playa”, y, me habían asegurado que se trataba de las instalaciones de uno de los hoteles mejor cuidado y valorado en toda Gran Canaria, nada más y nada menos que cuatro estrellas. Afortunadamente fuimos muy bien recomendados,
Pasamos un fin de semana, y, cerrando los ojos en momentos nos sentíamos como si estuviéramos junto al mar Caribe.
Llegamos sobre las 11:30 y ya en la recepción para hacer el cheking comprobamos lo más importante en un hotel, la calidad humana y profesional del personal, la recepcionista Doña Nerea Lángara que nos atendió mostrando su amabilidad y dulzura en el trato. Nos explicó todo detalle. La responsable, doña Claudia Breu, muy atenta a la escena, con encanto inusitado.
Muy cortés, el Señor Nabil, nos acompañó hasta la habitación con nuestro equipaje. Con mucho respeto nos mostraba un trato familiar entablando una conversación muy cariñosa.
Ya en la habitación en una 5ª planta (unos 30 metros cuadrados) y unas maravillosas vistas, allí nos recibieron con una cesta de fruta y dos botellitas de vino, un detalle de agradecer.
Pasamos la primera tarde en el SPA “Inagua”, aviso que hay que reservar con tiempo, Nina y su equipo, respetuosas y exigentes con las normas COVID, y con una amabilidad extraordinaria nos hicieron sentir como en nuestra propia casa, terminamos el circuito (4 horas) y la verdad es que pasamos el fin de semana como si el tiempo se parara ahí. Maravilloso, si algún día vienen a este hotel apúntense a un circuito en el SPA y les compensará, por cierto, no muy caro.
Y que decir de la comida (desayuno, comida y cena), increíble, no solo en cantidad sino en calidad, la profesionalidad de las camareras y camareros, no tiene nada que envidiar a ningún buen restaurante. Personas que han estado en ERTE, pero lo han aprovechado para perfeccionarse en sus labores, daba gusto llegar y encontrarse con las sonrisas de esos profesionales, que tenían algunas que te sacaban la sonrisa.
Una mañana llegamos a desayunar y esta fue una de las repentinas con las que te sorprendían.
Camarera: Buenos días, señora (a mi mujer) que guapa esta hoy
Mi mujer: muchísimas gracias
Yo: me voy a poner celoso
Camarera: usted también está muy guapo y conjuntado.
De verdad que, de esta manera a uno, se le quitaba las ganas de marcharse y quedarse a vivir allí.
Como dije daba gusto la educación y el trato hacia el cliente.
Pero evidentemente detrás de unos muy buenos profesionales hay un gran jefe, sin este creo nada sería posible, y nos referimos a Eugenio Gualdamez Gutiérrez, subdirector del Hotel, pendiente para recibir a los clientes y si no había sitio él lo buscaba, nos sorprendió la cercanía hacia el cliente, cortés y educado y para nada presumía de su cargo, uno más entre todos.
Tuvimos la gran suerte de conocerlo, un poco más alto que yo eso sí, pero ello no evitó para ver la excelente persona que tenía a mi lado, fue para mí un honor el conocerle. Felicidades por el gran equipo que diriges.
Y que decir del resto del personal del hotel desde el que limpia los pasillos, camareras de piso, socorristas, etc., etc. TODOS con una educación extraordinaria.
Eso sí, la sonrisa no le faltaba a ninguno de los profesionales que allí trabajan. ¡Gracias por ser como sois! (permítanme la expresión de mi tierra).
Y por supuesto, quiero terminar dando las gracias a dos personas que a buen seguro sin su profesionalidad este tipo de complejos no serían posibles.
Por un lado, al director don Alberto José Pernalete Cruces, desde luego, a buen seguro este hotel no funcionaria de la manera que funciona, muchísimas felicidades y gracias por hacernos pasar ese fin de semana uno de los más felices y relajados, me atrevería decir que fue, como una “mini segunda luna de miel”.
Y como no felicitar también, a Don Nicolás Villalobos Mestres, director general de Becordial, menudo equipazo tiene a su cargo, me supongo que, si esto es en el Mogán Playa, como será en el resto de los complejos de la cadena. ¡Muchas felicidades!
Y ya de manera familiar, volver a reiterar las gracias a todos, Alberto, Eugenio, Claudia, al personal de limpieza mañanero, al de las habitaciones. Camareras, camareros, Nabil, a todas y a todos los de recepción, al socorrista, a Nina y su compañera, en fin, a cada uno de los que forman la plantilla del Hotel Cordial Mogán Playa. Lograron de una manera extraordinaria, de nuestra estancia la mejor,
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS. INSTALACIONES A RECOMENDAR.