Beatriz Gómez es, a pesar de su juventud, una mujer todo terreno. Activista en muchos frentes, cultiva el cine, el teatro, la literatura, la música, la pintura, el diseño gráfico… Publicó su primer libro a los 17 y desde entonces considera que ha sido la literatura la que la ha llevado a explorar todos los campos. En el cine comenzó escribiendo un guion para rodar una pieza con una amiga; en el teatro vio una función y escribió una obra dramática, en la música le gustaba cantar y escribía letras de canciones. Piensa que cada arte es un lenguaje, y todas esas formas de expresión son distintas pero tienen algo en común: persiguen la libertad y la creatividad en todas las modalidades. El teatro le ha brindado una conexión directa con el público, no en vano dirige con mucho mérito el festival Tijarafe, La Cuarta Pared, desde 2017. Su video 8 escritoras canarias ha sido proyectado en varias islas, su mérito es dar voz a distintas generaciones literarias con calidad. También ha participado muchas veces en el Festivalito.
Cortonaos es un reciente festival. Le ha costado sacarlo adelante, pero la concejala de Cultura de Los Llanos de Aridane la apoyó decididamente. Tuvo suerte, porque piensa que en ocasiones se tiran a la basura proyectos importantes por intereses propios, partidismo, clasismo. “El problema es que no hay personas preparadas en los cargos. El político no tiene que ser gestor cultural, pero sí debe apoyarse en quienes lo son. Todas las instituciones públicas deberían tener plazas para que personas preparadas desempeñen esas funciones. La cultura no puede depender de unos pocos que no saben del tema, la cultura debe estar por encima de cualquier política, por eso me preocupan tanto las elecciones”, así piensa. Hay que empezar de cero cuando entran nuevos equipos, redoblar los esfuerzos.
Hasta el momento ha publicado cinco obras de narrativa, menos la última, que es teatral. En “Por casualidad” sale a relucir su vena más romántica y ahonda en los valores. En la segunda, “El tercer testamento, profundiza en su estilo. En “Sin respuestas” dota a la protagonista de muchos rasgos personales propios, e introduce una trata detectivesca que da un giro a todo lo que había escrito hasta ese momento. Entran relatos autobiográficos de su infancia, y le gusta buscar nuevos cauces. Como gestora cultural le pasa más o menos lo mismo: necesita crear constantemente proyectos que borren la monotonía.
En los tiempos de la pandemia ideó el proyecto Unidos por la cultura, que nació de la necesidad y dio sus frutos. Eran tiempos de mucha creatividad a flor de piel, y la imperiosa necesidad de compartir. El sector cultural es muy complicado en una isla menor como La Palma, y creyó necesario fortalecer la unión entre compañeros. De ahí salieron muchas oportunidades y se fortalecieron lazos entre compañeros y compañeras del sector. Fue una colaboración muy valiosa y en la que se formó una comunidad artística con los mismos principios y objetivos. Fomentaron el talento local y llegó lejos, principalmente porque la gente solo podía entretenerse con las redes sociales y la televisión. Hoy por hoy, dice Beatriz, sueña con volver a una experiencia similar, invitando a más personas que se puedan unir a este espacio.
Directora de las jornadas literarias Expresarte, en El Paso, y responsable de la revista del mismo nombre. También está relacionada con Tiempo Sur, festival de cortometrajes de la comarca noroeste y Tazacortos, festival de cine fantástico. En su libro Lanzarote, isla dorada de mi niñez, narra sus vivencias y en Inocente hasta que se demuestre lo contrario, denuncia la homofobia, el clasismo, el racismo y otros problemas actuales.
Beatriz forma parte de esa nueva generación que muestra atrevimiento y dedicación. “Me gusta variar, me aburro con facilidad, no me gusta encasillarme.” Cultiva los recuerdos de su infancia, los añade a sus nuevas vivencias. Ella es muchas cosas, ella es incansable.