Las madres de Gaza ya no lloran. Han agotado las lágrimas. Ahora solo susurran los nombres de sus hijas muertas mientras amamantan a sus bebés bajo los escombros. ¿Sabéis lo que duele? Que el mundo mire para otro lado mientras estas mujeres entierran pedazos de su alma con sus propias manos.
Nosotras, desde Canarias, desde Madrid, desde cualquier rincón donde late un corazón, no podemos permitir que esto siga ocurriendo. No cuando cada día que pasa es un nuevo capítulo de horror escrito con sangre de niñas.
¿Qué puedo hacer yo? – te preguntarás.
Todo. Absolutamente todo.
Porque cuando compartes el testimonio de esa niña que escribe «quiero ser doctora pero no sé si viviré mañana», estás salvando su voz del olvido.
Cuando exiges a tu gobierno que deje de vender armas a los verdugos, estás poniendo tu rabia al servicio de la vida.
Cuando educas a tus hijos con la verdad – que en algún lugar del mundo hay niñas como ellas que no podrán crecer -, estás sembrando humanidad.
Los gobiernos han fallado. Europa discute sobre fronteras mientras las mujeres de Gaza paren bebés en cuevas. EE.UU. firma cheques para más bombas. Y aquí, en nuestro país, muchos políticos siguen sin nombrar esto como lo que es: un feminicidio global.
Pero nosotras no somos gobiernos. Somos mujeres que sabemos lo que vale un abrazo, una voz, un acto de rebeldía.
Hoy te pido que mires a Gaza no con pena, sino con la furia sagrada de quien sabe que mañana podría ser su hija, su hermana, su madre.
Porque esta no es una guerra lejana. Es el espejo de todo lo que hemos tolerado. Y solo nosotras podemos romperlo.
Gema Díaz
Directora de masnosotras.com
«Donde las historias de mujeres se convierten en revolución»