Introducción:
En las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CCAFyD), así como en cualquier otra rama del saber científico, la terminología precisa asegura claridad conceptual, reproducibilidad metodológica y validez práctica.
El término repetición máxima (RM), o one-repetition maximum (1RM), es el estándar para evaluar la fuerza máxima, definida como la mayor carga movilizada en una única repetición técnicamente válida (Kraemer & Ratamess, 2004).
Sin embargo, sus inconsistencias semánticas y fisiológicas generan confusión en aulas, clínicas, y entornos deportivos, como he constatado en mi labor docente.
Como Director del Grado en CCAFyD de la Universidad Fernando Pessoa Canarias, propongo ejecución máxima (EM), implementado en la asignatura Fundamentos del Ejercicio Físico y del Deporte, para alinear el lenguaje con la realidad biomecánica y neuromuscular.
1. Objetivos
El presente artículo tiene como objetivo general analizar el caos terminológico en torno al concepto de repetición máxima (RM) en el ámbito de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
De manera específica, se propone, por un lado, examinar las implicaciones semánticas y fisiológicas del uso tradicional de RM en contextos docentes, clínicos y deportivos; y por otro, justificar la adopción del término ejecución máxima (EM) como alternativa más coherente con los principios biomecánicos y neuromusculares, favoreciendo así una divulgación científica rigurosa y accesible.
- Fundamentación Semántica y Lógica
El término repetición implica repetir una acción motora, contradiciendo la naturaleza de la RM, que captura el límite absoluto de fuerza en un patrón específico (Baechle & Earle, 2008).
La fatiga neuromuscular e inhibición cortical inmediata imposibilitan una segunda ejecución, como muestra Enoka y Duchateau (2016) (Medicine & Science in Sports & Exercise, Scopus Q1). Cuestión que genera malentendidos, al diferenciar un máximo teórico (1RM) de un récord personal (PR) (Suchomel et al., 2016).
Por ejemplo, el acrónimo CCAFyD (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte): el uso de plurales («Ciencias», «Actividad Física», «Deporte») y la conjunción «y» refleja la multidisciplinariedad del campo, integrando fisiología, biomecánica, pedagogía, etc., (RAE, 2010; RUCT, 2023).
En cualquier caso, errores comunes como CCAFYD (mayúsculas innecesarias en la conjunción «y») o CAFYD (sin duplicar las «CC» del plural «Ciencias»), que persisten en ámbitos académicos y profesionales, perpetúan las imprecisiones, la falta de rigor docente y la confusión, perjudicando la divulgación científica y a la adecuada transferencia del conocimiento.
Del mismo modo, ejecución máxima elimina la ambigüedad de repetición, enfatizando la unicidad del esfuerzo y mejorando la prescripción de cargas, reduciendo riesgos de lesiones (Lorenzetti et al., 2017, BMC Sports Science, Scopus Q2).
- Fundamentación Fisiológica
La ejecución máxima desencadena una respuesta fisiológica compleja: reclutamiento exhaustivo de unidades motoras (Henneman, 1957), activación sinérgica muscular, y máxima implicación neural (Enoka & Duchateau, 2016).
Culmina en un fallo neuromuscular voluntario, donde la fatiga periférica y central impide repetir la acción sin comprometer la técnica (Aagaard, 2020, Sports Medicine, Scopus Q1).
Schoenfeld et al. (2021) (Journal of Strength and Conditioning Research, PubMed Q1) confirman que, las adaptaciones neuromusculares (activación neural, rigidez tendinosa) ocurren en ejecuciones únicas, al diferenciar la EM de pruebas como contracciones voluntarias máximas isométricas (MVIC) o torque máximo voluntario (MVT) (Suchomel et al., 2016). La EM predice hipertrofia y potencia mediante fibras tipo IIx (Aagaard, 2020).
- Tipos de Fuerza y Fibras Musculares
La ejecución máxima se enmarca en los tipos de fuerza (máxima, explosiva, resistencia, reactiva) y las fibras musculares.
La fuerza máxima depende de las fibras tipo II (especialmente IIx), con alta densidad contráctil y rápida fatigabilidad (Henneman, 1957; Schoenfeld et al., 2021). Esto limita la EM a una única ejecución (Aagaard, 2020).
La fuerza de resistencia (fibras tipo I) soporta esfuerzos sostenidos, mientras que la fuerza explosiva y reactiva (fibras tipo II) se evalúa en movimientos balísticos (Suchomel et al., 2016, Sports Medicine, Scopus Q1).
En poblaciones especiales (mujeres, personas con patologías), la proporción de fibras varía, requiriendo protocolos adaptados que, la EM optimiza por su precisión (Janse de Jonge et al., 2019, Medicine & Science in Sports & Exercise, PubMed Q1).
- Fundamentación Biomecánica
La ejecución máxima exige un patrón motor impecable: rango completo, control postural, y velocidad mínima en la fase concéntrica (Kraemer & Ratamess, 2004).
La trayectoria precisa evita compensaciones, y la fatiga biomecánica la hace irrepetible (Schoenfeld et al., 2021).
Weakley et al. (2021) (Strength and Conditioning Journal, Scopus Q2) confirman la fiabilidad de estas pruebas con velocity-based training, reforzando la pertinencia de EM.
- Coherencia con la Literatura Internacional
Aunque 1RM es común (Baechle & Earle, 2008), su imprecisión es cuestionada. Suchomel et al. (2016) prefieren términos de capacidad máxima, y Lorenzetti et al. (2017) usan maximal strength performance.
La tendencia hacia maximum dynamic strength test refleja rigor terminológico (Aagaard, 2020).
La EM aborda el caos terminológico (Winter et al., 2016, Journal of Strength and Conditioning Research, PubMed Q1) y facilita la comunicación científica.
- Aplicabilidad Práctica y Profesional
7.1. Poblaciones Especiales: Mujeres y Colectivos con Patologías
La ejecución máxima es clave en poblaciones especiales, donde la precisión terminológica garantiza seguridad.
En mujeres deportistas, la menor masa muscular y fluctuaciones hormonales afectan la fuerza, requiriendo ajustes en el timing (fase folicular menos óptima; Janse de Jonge et al., 2019).
En personas mayores o con patologías (osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, etc.), la EM minimiza riesgos como fracturas o eventos cardíacos mediante protocolos adaptados (Fragala et al., 2019; Phillips et al., 2020, Medicine & Science in Sports & Exercise, PubMed Q1).
El sit-to-stand correlaciona con fuerza, pero la EM ofrece claridad sin implicar repetibilidad (Levinger et al., 2020, Age and Ageing, Scopus Q1), promoviendo inclusividad (Sung et al., 2014, SpringerPlus, Scopus Q2).
7.2. Relevancia Profesional y Legal: Ejecución Máxima y el Rol del Educador Físico Deportivo
El término repetición sugiere protocolos estandarizados que descuidan la individualización y seguridad, mientras que ejecución máxima denota una acción única, biomecánicamente precisa, al optimizar la calidad y eficacia en la readaptación físico-motriz deportiva, contextos clínicos, y patologías crónicas.
A diferencia de la rehabilitación, especialidad médica de Medicina Física y Rehabilitación (Real Decreto 183/2008, BOE, 2008), la readaptación implica optimización funcional post-lesional y es exclusiva de los Educadores Físicos Deportivos y Preparadores Físicos Deportivos (Ley 39/2022, BOE, 2022). Schoenfeld et al. (2021) destacan que, la prescripción precisa reduce riesgos.
El RUCT (2023), detalla las competencias de los titulados en CCAFyD: diseñar programas, evaluar condición física, gestionar riesgos, y promover hábitos saludables, basados en principios fisiológicos, biomecánicos, y pedagógicos.
Fragala et al. (2019) enfatizan protocolos individualizados en adultos mayores, y Weakley et al. (2021) avalan velocity-based training para poblaciones diversas.
En trabajo post-lesional o con patologías, los titulados en CCAFyD son garantes técnicos y legales de la seguridad y calidad, superando a perfiles no universitarios (Consejo COLEF, 2023).
- Propuesta Terminológica Formal
La terminología precisa es fundamental para unificar el discurso científico y profesional, como ilustra la formación de acrónimos claros y funcionales:
- Ejecución Máxima (EM): acción motora única, técnicamente válida, con la mayor carga movilizada voluntariamente.
- Carga de Ejecución Máxima (CEM): valor absoluto de la carga en la EM, facilitando la cuantificación en entrenamiento y readaptación.
- Test de Ejecución Máxima (TEM): protocolo estandarizado, integrando velocity-based training (Weakley et al., 2021), aplicable en investigación y práctica clínica.
Estos acrónimos, derivados de la EM, refuerzan la claridad terminológica al estandarizar conceptos en manuales técnicos, protocolos científicos, y entornos deportivos de cualquier índole, integrando herramientas como repetitions in reserve (RIR) para optimizar la prescripción (Helms et al., 2016).
Peroratio
La transición del término repetición máxima a ejecución máxima (EM), gestada en la práctica docente del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CCAFyD) de la Universidad Fernando Pessoa Canarias y formalizada en esta publicación, constituye una corrección metodológica que, consideramos de alto valor académico y profesional.
Esta propuesta no solo mejora la precisión terminológica, sino que refuerza la validez científica y la aplicabilidad práctica, especialmente en contextos de readaptación físico-motriz deportiva y en la intervención con poblaciones con patologías, ámbitos que se encuentran bajo la competencia profesional exclusiva de los titulados en CCAFyD.
La propuesta se fundamenta en principios de fisiología del ejercicio, biomecánica aplicada, neurociencia del movimiento y en las competencias académicas reconocidas por el Registro de Universidades, Centros y Títulos (RUCT, 2023).
En este sentido, responde a la necesidad de resolver el caos terminológico señalado por Winter et al. (2016), promoviendo un lenguaje técnico unificado que favorece la divulgación científica en los ámbitos del deporte, la salud y la inclusión.
La noción de ejecución máxima, junto con sus acrónimos (EM, CEM, TEM), encapsula una acción singular, técnicamente precisa y funcionalmente segura, tal como avala el metaanálisis de Schoenfeld et al. (2021), publicado en Journal of Strength and Conditioning Research [Scopus Q1].
Esta formulación permite ajustar la carga y la intensidad de forma individualizada, evitando interpretaciones erróneas asociadas a protocolos intensivos o mecánicos.
Es fundamental distinguir la readaptación físico-motriz deportiva, competencia exclusiva del Educador Físico Deportivo, de la rehabilitación médica, regulada como especialidad sanitaria por el Real Decreto 183/2008 y la Ley 39/2022 del Deporte.
Esta diferenciación no solo tiene respaldo legal, sino que delimita con claridad los ámbitos de actuación profesional, al evitar el intrusismo y garantizar la calidad técnica de las intervenciones.
Con humildad, pero con firmeza, se invita a la comunidad académica y profesional a considerar esta propuesta como un avance hacia una práctica más rigurosa, ética y científicamente fundamentada, que potencia la comprensión de las adaptaciones neuromusculares en el rendimiento y la readaptación, y consolida el rol del Educador Físico Deportivo como actor principal y “agente de salud” en la prescripción del ejercicio físico.
Esta nomenclatura no solo ordena la literatura científica, sino que redefine el estándar técnico desde la praxis universitaria y anticipa una transformación conceptual que ya está en marcha.
La ejecución máxima no es solo una propuesta terminológica: es una declaración de rigor, identidad profesional y compromiso con la excelencia científica.
Referencias
Aagaard, P. (2020). Neural adaptations to resistance training. Sports Medicine, 50(Suppl 1), 29–39. https://doi.org/10.1007/s40279-020-01366-9
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Fragala, M. S., Cadore, E. L., Dorgo, S., Izquierdo, M., Kraemer, W. J., Peterson, M. D., & Ryan, E. D. (2019). Resistance training for older adults: Position statement from the National Strength and Conditioning Association. Journal of Strength and Conditioning Research, 33(8), 2019–2052. https://doi.org/10.1519/JSC.0000000000003230
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Por el Prof. Dr. Martín González y Santiago
Doctor en Medicina, Seguridad y Derecho.
Investigador y Profesor Universitario (PDI).
Analista de Inteligencia, Seguridad y Defensa