Me llamo Olga Valiente, soy enfermera desde el año 2007, mamá desde el 2019 y vivo en La Atalaya de Guía.
Siempre he estado trabajando en servicios especiales dentro del hospital, servicios como Cuidados Intensivos o Urgencias, por lo que he vivido situaciones de todo tipo: conversaciones extrañas, personajes extravagantes, familias muy numerosas o muy excéntricas, peleas, heridas y traumatismos, muertes, duelos, etc.
De todo lo malo o complicado que he vivido, siempre he intentado sacar algo positivo, algún aprendizaje y, cuando no he podido, siempre he tratado de mirar la situación con otra perspectiva, tratando siempre de evitar llevarme a casa problemas o emociones que no me pertenecían.
En octubre de 2023, decidí dejar la enfermería asistencial y dedicarme un poco más a la gestión, rama de la enfermería que nunca había tocado pero que me llamaba mucho la atención, y para la que, incluso, me he formado. Fue entonces cuando comencé a trabajar siempre en turno de mañana descubriendo lo bien que se vive durmiendo siempre en mi casa y en mi cama.
Eso me permitió tener más tiempo para emplearlo en uno de mis hobbies favoritos: escribir.
Llevaba ya unos años pensando en escribir y publicar, pero nunca di el paso por miedo a las críticas, hasta que, en mayo de 2024, me senté y anoté en un papel qué era lo que quería contar y, sin darme apenas cuenta, en julio ya tenía el libro terminado.
Opté por una editorial de autoedición para que mi primer libro viese la luz: “Aquello en lo que nadie cree, pero de lo que todo el mundo habla”, un libro en el que, a través de 22 relatos cortos, doy voz a quienes ya no están con nosotros pero que, un día, decidieron venir a vernos. Cuento, a través de pequeñas historias (para las que utilizo nombres de familiares o amigos), situaciones que he vivido en primera persona en el hospital, o que han vivido algunos de mis amigos, en las que el límite entre la vida y la muerte deja de estar claramente definido, pasando a verse borroso.
Pacientes que dicen ver a su familiar fallecido hace ya unos años, o personas que los miran y les hablan aun sabiendo que allí no hay nadie más, luces o sonidos procedentes de ningún lugar, sensaciones de estar acompañado en determinados momentos…Situaciones, al fin y al cabo, difíciles con las que no pretendo convencer a nadie de lo que es real o no lo es, sino que únicamente muestro para enseñar la otra cara del hospital para invitarlos a reflexionar y plantearse lo que nunca antes se han planteado.
Lo más bonito de este libro, sin duda, ha sido el feedback recibido, los mensajes de personas desconocidas contándome sus experiencias personales, experiencias que nunca le habían contado a nadie pero que a mí me confiesan por sentirse comprendidos y en confianza.
Viendo la buena acogida de mis historias, me animé y di el paso a la autopublicación, sacando a la luz mi segunda obra: “7 vidas para un pecador”, un libro con el que hago alusión a la reencarnación y a las innumerables oportunidades que tenemos los seres humanos de aprender y ser mejores. De momento estoy recibiendo muy buenas críticas, sobre todo de compañeros que sí que me conocieron como profesional pero que no tenían ni la más mínima idea de que me gustara escribir.
Ahora estoy, además de emocionada y orgullosa viendo que me he atrevido y estoy disfrutando de uno de mis sueños, animada para seguir escribiendo, con un montón de historias que se agolpan en mi mente y poco a poco van cogiendo forma, y rodeada de gente maravillosa que la vida me ha puesto en el camino y me animan a seguir.

