No sabía si debía escribirlo o no, pero después de mucho pensar sobre ello, me decidí a hacerlo.

Ha pasado una semana desde la jornada electoral. Domingo de participación y de encuentros entre vecinos, que desde hacía mucho tiempo no compartían.

Se acerca una apuesta y educada señora a votar. En el momento de pedirle su documento del DNI, su sonríente y agradable semblante cambia por un instante. Pero ella tan sutil y educada, vuelve a sonreír.
Junto a su sonrisa menciona unas palabras, señalando que no dispone de su documento de identificación. Por lo que su derecho al voto se ve perjudicado, y así se le explica de una forma cariñosa y respetuosa.

Ésta no conforme, insiste una y otra vez. Sin embargo, su insistencia no funciona, por lo que educadamente sale del colegio con paso vehemente.

Finaliza la jornada y cansada llego a casa. Tal y como forma parte de mi rutina diaria, disfruto de un suave baño, una ligera cena para continuar con un merecido descanso.

Pero antes de por fin cerrar los ojos hasta la mañana siguiente, ojeo las noticias del día para las que no había tenido tiempo hasta ese momento.

De repente, leo un nombre que me resulta conocido. Pienso, pienso y pienso, y era ella.
La misteriosa mujer que había estado insistiendo en votar, aún sin cumplir su obligación documental.

Esta mujer aparecía en la página necrológica del periódico, había fallecido unos días antes al que habíamos vivido.

Sobresaltada, me levanto de la cama. Investigando y «rebuscando», descubro que esta mujer que llegó sin saber, había sido vetada, ignorada y no respetada.
No llegó a tiempo de votar porque su cuerpo había «volado» hacia otro lugar. Sin embargo, por su ansia de lucha, quería por última vez en su vida, poder ejercer su derecho por el que tanto luchó en su fuero interno.

Por ello, su alma continuaba entre nosotros, intentando conseguir lo que tanto soñó y anheló «que las mujeres independientemente de su color, condición y educación, pudieran siempre votar y ejercer su derecho a elección».

Se fue tranquila, se fue calmada, porque su alma lo había intentado. Pero como ella siempre dijo, las cosas siempre pasan porque alguien así las decidió desde el corazón ❤