Hoy, 12 de mayo de 2021, se conmemora el Día Internacional de la Enfermería, coincidiendo con el natalicio de la enfermera y activista social Florence Nightingale. En esta ocasión, el tema elegido es: Una voz para liderar – Una visión de futuro para la atención de salud.
Tras más de un año de pandemia por el coronavirus SARS-COV-2, causante de la covid-19, el balance es de más de 158 millones de casos en el mundo, superando en número de muertes los 3,2 millones. A finales del pasado año se inicia el proceso de vacunación, que no avanza con la velocidad necesaria para contener los efectos devastadores y que no mantiene un carácter universal ni homogéneo en todo el planeta, principalmente, por los monopolios de las grandes farmacéuticas, que dejan fuera o retrasan mucho más la posibilidad de la vacunación a los pobres de los países pobres. Intersindical Canaria aboga, en una situación de emergencia sanitaria y por el interés general, por liberar las patentes y que sean los servicios públicos los que controlen la producción y administración.
Hay que destacar y reconocer el papel fundamental desarrollado por los equipos de salud y, más concretamente, por el personal de Enfermería en el abordaje de la pandemia. Destacar que, para esta enfermedad, aún no existe tratamiento curativo, y siguen siendo las únicas medidas efectivas para evitar la mayor propagación y contener el desbordamiento de los servicios de salud el aislamiento de los casos, el confinamiento, la distancia social, la higiene de manos y el uso de mascarilla, lo que es más efectivo con la adecuada educación y sensibilización, así como el cuidado de los pacientes en cualquier fase de la enfermedad y su entorno, a lo que hay que sumar el correcto desarrollo del proceso de vacunación masiva.
En Canarias (53421 casos con 736 fallecidos), esta pandemia la sufrimos con los servicios sanitarios debilitados en recursos humanos y materiales, en base a las sucesivas oleadas de recortes, por lo que, pese a que el comportamiento del virus no ha sido de gran agresividad, probablemente, por ser un territorio insular, la capacidad de carga de los servicios sanitarios públicos se ha visto desbordada y se mantiene una presión muy importante sobre las Unidades de Vigilancia Intensiva, las camas de Hospitalización y sobre la Atención Primaria, en un escenario donde la Administración parece priorizar en su gestión, los intereses económicos de algunos monopolios, frente a la salud y la vida. Esto tiene mucho que ver con el afán desmedido del actual equipo de gobierno de Canarias por realizar una apresurada desescalada económica en el objetivo de recuperar una “normalidad” que antepone una economía letal fracasada a la salud y la vida de las personas, y que puede poner en riesgo grave de nuevo repunte de la pandemia al conjunto de la población.
Además, en el día a día, el derecho fundamental a la salud, ha estado siendo limitado a los ciudadanos, sufriendo la población las consecuencias negativas de una gestión históricamente favorable hacia los intereses de la sanidad privada a través de conciertos que se llevan en torno al 10% del presupuesto global destinado a sanidad, mermando los recursos destinados a la pública, generando inhumanas listas de espera y colapso de los Servicios para justificar el volumen de un negocio que, en momentos de extrema necesidad, se ha mostrado tremendamente insolidario.
Por otro lado, en el denominado plan de reactivación tras la covid-19, no se contempla un adecuado fortalecimiento de la Sanidad Pública, con dotación suficiente de recursos humanos, materiales e infraestructuras. No hay que olvidar que, mientras se está atendiendo la pandemia, se está retrasando toda la actividad asistencial no covid-19, se están incrementando las listas de espera, y ya, se están viendo complicaciones graves de problemas de salud en los usuarios por el retraso en la atención. Esa onda pandémica secundaria, paralela, constituye en sí misma un grave problema de salud global para la ciudadanía que hay que abordar con recursos.
A Intersindical Canaria le preocupa, además, cómo se va a retomar la asistencia del conjunto de pacientes. Las plantillas de la totalidad de categorías en el Servicio Canario de la Salud, con el consiguiente incremento insostenible de las cargas de trabajo deben ser inmediatamente incrementadas y proceder a su consolidación en el empleo. Los ratios por población asistida que antes de los recortes ya se encontraban muy por debajo de la media del estado español (415 enfermeros cada 100.000 habitantes, en un territorio fragmentado, con una sociedad enferma, frente a los 430 de la media estatal), también y al mismo tiempo, quienes se formen en esta tierra, que son necesarios pero no se les contrata, no deben verse obligados al desarraigo que supone migrar.
No existen posibilidades de desarrollar la asistencia sanitaria en condiciones dignas por falta de recursos humanos y de medios materiales en un sistema sanitario que no permite paliar las desigualdades sociales, un modelo socioeconómico donde prima la exclusión social y donde nos alejan, cada día más, de un modelo de desarrollo sostenible, frente al imperante, que prima las energías fósiles, la destrucción y sobreexplotación de los recursos de nuestro frágil territorio y que está basado, principalmente, en el monocultivo turístico. Entendemos que este es el momento, tras los efectos devastadores sobre la economía que va a traer “el cierre por la pandemia”, de repensar el modelo económico para Canarias, ya que el actual, mantiene cifras de paro estructural del 30% y de pobreza superiores al 40%. Los índices más elevados del conjunto del estado español, las peores condiciones laborales, las jornadas laborales más largas, los salarios, pensiones y prestaciones por desempleo más bajas, son factores que se complementan con la cesta de la compra más cara de Europa, sobre todo en lo que a una alimentación saludable se refiere. Estos factores, condicionan que, los niveles de salud de la población sean los peores del estado, sobre todo, para aquellas patologías que con una adecuada acción preventiva, pueden evitarse, así como sus complicaciones, lo que se agrava, con el desmantelamiento de la Atención Primaria de Salud.
Añadir, que en sanidad, el equipo de trabajo constituye una cadena, y su función ha sido fundamental para, en las impuestas condiciones actuales, seguir prestando la asistencia sanitaria que la población requiere en unas condiciones mínimamente dignas: como dato anecdótico, Florence Nightingale logró reducir la mortalidad en un 40% implementado medidas de adecuada higiene y alimentación.
Por todo ello, en este día, desde Intersindical Canaria queremos seguir insistiendo, por un lado, en un mensaje de responsabilidad individual ante la ciudadanía, y ante las administraciones, reivindicar públicamente la necesidad una adecuada dotación presupuestaria para la Salud y la Sanidad Pública Canaria, en todas sus derivaciones y vertientes, como elemento indispensable de equidad en el trato a la ciudadanía para que pueda ser posible que nuestra tierra, “con el mundo, pueda ser llevada hacia la salud y hacia el futuro”.