A mí también me robaron el amor…. y fue en la mar.

En dónde olas, como las espigas, yertas se le elevan espumosas hacia el cielo.

Donde los peces duermen plácidamente, en un lugar feliz y sin fronteras.

El que rompe con bravura en el duro acantilado, como si con fuerza abrazarlo quisiera.

El que baña la bella playa y riscos de mi querida Salinetas.

Musiquita celestial de arpas lejanos, suenan allá a lo lejos, junto al eterno horizonte.

Y desde donde en las noches de luna , la observaba extasiado recordando a mi enamorada.

Mar canario, mar isleño y salado de mi niñez , de juventud, de mi madurez, que me llevaba siempre hasta su lado.

Atlántico del sueño de la locura, como carne preñada de sombras de amores inacabados.

En aquel bello salado lugar disfruté del amor, y también me llegó el desamor.

Y hoy… triste de mi, sigo navegando constante sobre él, en busca de esos ocultos corazones.

Los que se fraguaron en la intolerancia de sus jardines de dulce fragancia y hermosura.