N° 86. “UN FUNCIONARIO EJEMPLAR; YO CREO QUE ÚNICO”.

Esta vivencia la quiero contar con la intención de que conozcan el comportamiento ejemplar de un funcionario del Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria. Este funcionario se llamaba y espero que siga llamándose Agustin. Trabajaba en el departamento de “Atención al Paciente” de dicho hospital, y es, créanme, único. A ver si cunde el ejemplo.

Como en Guía hubieron varias personas que trabajaron en dicho hospital en esa época, es muy probable que lo llegaran a conocer.

Para que lo entiendan es preciso que les cuente, aunque sea someramente, el origen del problema que me llevo hasta Agustin. En el mes de Septiembre del año 2003, mi hija estaba con 3,5 meses de embarazo. Habían decidido hacerse una prueba porque su pareja tenía un familiar con el síndrome de Dow y querían saber si el feto estaba bien. Para ello tenían que sacarle líquido de la matriz y la doctora que lo hizo cometió un grave error al pinchar al feto y matarlo. Al día siguiente tuvo que ingresar en el hospital Materno con mucha fiebre y a las pocas horas de estar ingresada aborto. Por la tarde le hicieron un legrado y cuando salió ya estaba inconsciente. Un médico nos informó, un momento antes de salir, que estaba en coma debido a una infección generalizada de todos sus órganos vitales. Que su estado era muy grave.

Estuvo un mes en coma con parada cardiaca incluida e ingresada todo el tiempo en la U.C.I. del Hospital Insular, a pesar de que el problema se originó en el Hospital Materno Infantil, pero como allí no había U.C.I. (así me lo dijeron), la trasladaron en una ambulancia medicalizada al cercano Hospital Insular.

Su estado era crítico pues tenía infectados todos los órganos vitales y no respondía al tratamiento de antibióticos. Era tan extrema la gravedad que todos los días nos decían que de ese día no saldría. Fué un sufrimiento cruel. 

Era la víspera del día del Pino cuando el médico que estaba de servicio fue extremadamente cruel con nosotros diciéndonos textualmente que de ese día no salía y que tuviéramos cerca el móvil porque era casi seguro que nos llamaría para comunicarnos su fallecimiento. 

Pues bien, cuando salimos del hospital me dijo mi mujer que porque no íbamos al día siguiente a ver a la Virgen del Pino para rogarle por la curación de nuestra hija. Le dije que de acuerdo y al día siguiente fuimos a Teror a oír misa y a rogarle a la Virgen del Pino por la curación de nuestra hija. Uno o dos días más tarde empezaron a hacer efecto los antibióticos que hasta ese momento no lo hicieron y mi hija se fue recuperando rápidamente. Le pregunté al médico coordinador de su box y no se lo explicaban. Cada uno que saque la conclusión que quiera pero esto fue lo que ocurrió. Mi mujer decía que había sido un milagro de la Virgen del Pino. Yo también lo creo así.

Cuando salió del coma y le dieron el alta después de un mes en planta, tuvo que visitar en Consultas Externas de dicho hospital a los especialistas que le atendieron durante ese mes y para que su marido no perdiera de trabajar, yo, que estaba recién jubilado, la llevaba en mi coche. Ella estaba, y así siguió durante muchos meses, en silla de ruedas debido a que había perdido toda la masa muscular y apenas pesaba 30 kilos; solo tenía el hueso y la piel y no se sostenía de pié.

Fueron muchos los especialistas que visitamos, pues como dije se le habían infestado todos los órganos vitales de su organismo, y todos la habían visitado en su box de la U.C.I. Cuando entrábamos a sus consultas todos coincidían en una frase: “!!Y escapastes Sonia!!”. La recordaban perfectamente y aún no se lo creían.

Estando aún en silla de ruedas, y haciendo la rehabilitación en el centro de Carlos Oliveira, consultó con su hermano, que es abogado, si podría poner una demanda judicial contra la doctora que cometió el error. Su hermano le contestó afirmativamente porque además tenía experiencia en ese tipo de demandas. Le dijo que pidiera en el Hospital una copia de su historia clínica para luego poner la demanda.

Un día por la mañana nos fuimos al Hospital ella y yo y solicitamos una copia de su historial clínico. A los pocos días nos contestaron que se había extraviado, que no la encontraban. A nosotros nos extrañó mucho pues en todas las visitas a los especialistas el abultado historial estaba encima de la mesa. Recuerdo que uno de los médicos especialistas le preguntó a mi hija que para que quería la copia y ella le contestó: “Porque quiero saber porqué perdí a mi hijo y que ocurrió durante el mes que estuve en coma”. El médico asintió con la cabeza dándole la razón. Pero en secretaría seguían insistiendo en que su historia clínica se había extraviado.

Entonces fuimos al departamento de Atención al Paciente y preguntamos por Agustin que es sobrino de un matrimonio amigo nuestro, y fueron ellos los que nos lo recomendaron. Después de una larga espera, pues todos querían hablar con él, nos recibió con una amplia sonrisa y nos invitó a sentarnos. Le explicamos el problema y sonriéndose nos dijo: “Conque se ha extraviado su Historia Clinica…., no se preocupen, verán lo pronto que va a aparecer”. “Voy a pedirles una entrevista con el Gerente y ya les avisaré”. Nos fuimos mi hija y yo maravillados por sus atenciones y por el interés que nos mostró Agustin al tiempo que estaba disgustado por el comportamiento de unos profesionales que trataban de encubrirse los errores unos a otros. Siempre con el dichoso cooperativismo, nos decía. Y no lo entiendo porque todos ellos tienen un seguro de responsabilidad civil que les cubren sus errores. Pero claro, ellos valoran más su prestigio. !Pues que no cometan errores!. Nos decía visiblemente molesto. 

Al cabo de cuatro o cinco días me llamó Agustin y nos citó en su despacho para el día siguiente. Lo primero que nos dijo al entrar en su despacho fue que no había sido necesaria la entrevista con el Gerente. Su Historia Clinica la tenían escondida en el cajón de una mesa, pero desde que el Gerente la pidió apareció como por arte de magia. Aquí tienen una copia. Nos quedamos maravillados. Les dimos las gracias y nos despedimos muy agradecidos y el nos contestó con una frase que jamás olvidaré: 

“Las gracias se las tengo que dar yo a ustedes por haberme dado la oportunidad de ser útil”. 

!! Coño este hombre no es de este mundo !!. !! Desde luego no es un funcionario normal !!. 

Que pena que no hayan muchos como él. Es que se sale totalmente de la norma pues la mayoría de los funcionarios te tratan con cierto aire de superioridad; algunos incluso con prepotencia. A mi se me puso un nudo en la garganta que apenas pude decirle nada. Solo lo abracé y nos fuimos. Mi hija apenas pudo darle las gracias desde su silla de ruedas.

Mi hija se recupero totalmente después de casi un año de rehabilitación, y se incorporó a su trabajo de profesora en Radio Ecca, donde trabaja desde 1990 y donde la quieren mucho. Recuerdo gratamente la tarjeta que le mando la Directora con un hermoso ramo de flores y una dedicatoria que a mi me emociono al leerla. Decía así: “Nos alegramos de tu alta hospitalaria. Te queremos y te necesitamos”. 

Por muy extraño que parezca ella solía decir que se encontraba mejor que antes. Que veía la vida de otra manera más positiva. Lo más que sentía era haber perdido a su hijo pues no ha tenido más oportunidades.

Al final su hermano presentó la demanda judicial y vinieron a contestarla muchos años después. Le decían que la admitían a trámite pero que los motivos no estaban suficientemente demostrados. Después de tantos años las leyes habían cambiado y si perdían la demanda todos los gastos serían por cuenta de ella. Su hermano le aconsejó desistir y así lo hizo.

Al final, después de tantos años, creo que doce, ella ya se había olvidado del asunto y tampoco le apetecía remover todo lo que había pasado y sufrido. Y así, de esta manera, pasó página y se dedicó a vivir con el nuevo valor que la vida tiene para ella. 

Les aseguro que mi hija se había transformado en una persona nueva, más culta y desde luego mucho más espiritual. 

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