N° 41. “UN PREMIO DE FRANCO A LA NATALIDAD”

Esta pequeña historia le ocurrió, a principios de la década de los sesenta del pasado siglo, a un tío de mi esposa que vivía en uno de los barrios de la ciudad de Guia, y fue ella misma quien me lo contó a poco de casarnos.

Voy a utilizar un nombre ficticio por si acaso que algún familiar lo lea y no le agrade la publicación de esta vivencia. Como eran tantos…..

Franco se desvivía por sacar a España de la miseria en que quedó después de tres años de guerra y por el aislamiento en que se vio sometida. Desde 1941 Franco instituyó un premio a la natalidad que se daba todos los años a aquel matrimonio que tuviera más hijos y que estuvieran vivos. Los matrimonios aspirantes tenían que participar en una selección donde se terminaba eligiendo a la familia ganadora de ese año.

Maestro Antonio, el tío de mi esposa, había enviudado cuando tenía once hijos. Se casó de nuevo y tuvo seis más, por tanto tuvo en total diecisiete hijos y todos vivitos y coleando. Los mayores trabajaban ya y contribuían lógicamente al mantenimiento de la enorme prole. Malvivían hacinados en una casa que les quedaba pequeña por todas partes.

Maestro Antonio se entera de la existencia de ese premio a la natalidad y se decide a optar al mismo enviando toda la documentación exigida a Madrid. Su sorpresa y alegría fue enorme cuando le contestan que había sido elegido para el premio de ese año. El premio no era ninguna tontería, pues consistía en la construcción de una casa, en el mismo pueblo y barrio donde vivía, en la que pudieran vivir cómodamente toda la familia.

Como es lógico se aprovechaba la ocasión para dar el máximo de publicidad al Régimen y a Franco. Así que a maestro Antonio le hicieron entrevistas tanto en la radio como en la prensa y en la televisión que estaba recién llegada a canarias.

La televisión entonces era en blanco y negro y emitía solo unas pocas horas al día. La entrevista que le hicieron a Maestro Antonio se emitió en la hora de más audiencia y se la hizo una joven y guapa presentadora. La entrevista se desarrolló de la siguiente manera:

Lo primero que hace la entrevistadora es presentar a maestro Antonio, que era albañil y explica de donde era y donde vivía y el número de hijos que había tenido. A continuación le pregunta:

“Don Antonio, así que ha tenido usted nada más y nada menos que diecisiete hijos. Y, dígame, todos esos hijos los ha tenido usted con la misma?”. 

Maestro Antonio que estaba algo nervioso ante tantas luces y cámaras enfocándole, y al tiempo que le daba vueltas al cachorro que tenía en las manos, le contesta con esa medía sonrisa socarrona de la gente de nuestros pueblos:

“Con la misma si, señorita. pero con dos mujeres distintas”. 

La pobre chica no sabía dónde meterse. No sabía si reírse o llorar o acabar con la entrevista. Desde luego se puso muy nerviosa y los colores no se le vieron porque la televisión era en blanco y negro, pero seguro que se le subieron.

Y poco más dio de sí la entrevista. No se atrevió a preguntar nada más.