Si somos mujeres, y no nos quedamos en casa

El día 8 de marzo de 2021, saldremos a la calle, no nos vamos a quedar en casa, en esa casa que ha sido testigo del maltrato a muchas mujeres, especialmente en el confinamiento que se convirtió en una cárcel, llena de violencia, humillaciones y que ha afectado tanto a la salud física y psicológica de muchas mujeres. Somos mujeres y no nos vamos a quedar en casa, pese a que todos los llamamientos oficiales que nos digan que no podemos manifestarnos.

 Curioso que a otros colectivos no se realicen los mismos llamamientos a quedarse en casa.  Abominable que haya campañas que digan “Si Eres Mujer, Quédate en Casa”. NO, nos vamos a quedar en casa, aunque lo diga la ministra, porque no queremos volver a lo privado, no queremos volver a lo doméstico.  Hace un momento en la historia de las mujeres que recuperamos las calles, que conquistamos los espacios públicos y ahora nos piden que nos quedemos, como un sacrificio a la que tenemos que estar dispuestas, por el bien de la comunidad, apelando al rol de cuidadora. Pues no señor, ese sacrificio no está en nuestras agendas feministas, sobre todo porque se lo debemos a todas aquellas que sacrificaron sus vidas para la conquista de la calle, y libres nos quisieron.  Vamos a salir a la calle, allí donde estemos, aunque sea a nuestros balcones a mostrar nuestro delantal para estar con las trabajadoras del hogar, que mal cobran por su trabajo invisible, sin prestaciones de ningún tipo.  Vamos a salir a la calle, en las terrazas y colgar las batas, para reivindicar las trabajadoras de cuidado y la atención a las personas dependientes de mujeres que no tienen ni respiros para tener un proyecto vital. A la calle, para trasladar la voz de las mujeres viudas, que se quedan en la miseria con pensiones raquíticas, entrando en la pobreza cuando ya son mayores. Vamos a salir a dar a luz a las economías salvajes que dejan en precariedad absoluta a cientos de mujeres que están en la economía sumergida y que hoy encabezan las colas del hambre, a darles voz a las mujeres dependientes que sufren en silencio la soledad de la casa, el aislamiento social y la discriminación.  A tirar los tacones por todas esas mujeres prostituidas, que están en la calle sin remedio para vender sus cuerpos, aunque haya pandemia, víctimas de los puteros.  Vamos a salir a las calles para que los espacios públicos, sean seguros para nuestras hijas y sientan la libertad, sin temor al acoso sexual y a sufrir las violaciones en manada. Vamos a salir más que nunca en este 8 de marzo, porque aún pesa la desigualdad salarial y los techos de cristal que no dejan promocionar a las mujeres. Y vamos a alzar nuestra voz por las mujeres migrantes que llegan a nuestro país de manera silenciosa separándolas incluso de sus hijos e hijas. Vamos a alzar la voz a la comunidad internacional para que nuestras hermanas de Nigeria no sientan que el mundo les ha abandonado y luchen por la liberación de las niñas víctimas de los secuestros.

Este año, nos pondremos nuestro lazo malva para reivindicar que las feministas están antes que algunos partidos políticos que quieren borrarnos como mujeres, validando aquellos que llevan tiempo queriendo invisibilizarnos, como si ser mujeres fueran identidades asignadas al nacer sin tener en cuenta que el género es lo que nos discrimina. Vamos a respirar en la calle fuera del corsé de lo privado, de lo doméstico, porque las calles también nos pertenecen.

 

Isabel Guerra Sánchez.

Psicóloga y Presidenta de Nueva Canarias Teror.